Madre de Dios la que está cayendo en el partido
socialista. Una situación sin parangón en la historia de este partido
centenario. Los malos resultados electorales cosechados por el PSOE desde que
Pedro Sánchez es su secretario general han sido el detonante de la fractura del
partido.
Pedro Sánchez ha estado cuestionado en el PSOE
en los últimos meses, sobre todo después de la concatenación de malos
resultados electorales cosechados por el Partido. Muchos barones y la baronesa
andaluza lo han manifestado en público, ora veladamente, ora abiertamente como
en este momento. Todos los que critican a su Secretario General piden que se
abstenga en la votación de investidura a Rajoy. Creo que aquellos críticos con
el Sr. Sánchez, los llamados barones, los de la vieja política... no traicionarían
para nada su conciencia sin en lugar de militar en el PSOE lo hicieran en el
PP, porque tienen básicamente las mismas ideas que los conservadores, sobre
todo la baronesa andaluza, una trepa de tomo y lomo con ideas claramente
neoliberales, haría muy buen papel defendiendo el ideario del Partido Popular,
porque es el mismo, créanme, que pulula por su cabeza.
Ahora, con la dimisión de los 17 miembros de la
ejecutiva para forzar la dimisión del Secretario General y la fractura del PSOE
en dos grupos, la ocasión se presenta propicia para ella para asaltar la
Secretaría General del partido a nivel nacional, es lo que viene buscando desde
hace tiempo aunque no lo manifieste abiertamente amparada en su hipocresía y su
ambigüedad.
Dicen los críticos que el Sr. Sánchez se aferra
al cargo, intuyen que de alguna manera su Secretario General está flirteando
con el “lado oscuro”, léase Podemos, y eso no es tolerable y que por esas razones,
por agarrarse a la poltrona de la Secretaría General y por su aparente deriva
hacia ese “lado oscuro” que representa Podemos debería dimitir. Por el bien del
partido, por responsabilidad política y por haber traicionado a las baronías
que no a gran parte de su electorado. ¿Por qué no lo hace? Pues a mi juicio por
varias razones…
Pedro Sánchez percibe,
con razón, que él no es el único responsable de la caída del PSOE, tendrá parte
de culpa, supongo, pero la principal causa de la debacle socialista son las
políticas llevadas a cabo por sus antecesores, gobernando con un ideario de marcado
corte neoliberal, unas políticas que no le corresponden por ideología, para eso
ya está el PP. La gente está cansada de mentiras y de promesas incumplidas, ya
no creen en los socialistas y con esa rémora tiene que apechugar el Sr.
Sánchez. Las baronías, firmes defensoras de políticas conservadoras, presionan
para que el PSOE se abstenga y deje gobernar al PP. Un PP que, no lo olvidemos,
ha conseguido empobrecer a la sufrida población española de manera brutal, que
ha recortado derechos adquiridos por años de lucha y sufrimiento, que ha dejado
sin futuro a miles de jóvenes españoles, que ha recortado el Estado del
Bienestar hasta dejarlo hecho unos zorros, que ha esquilmado la hucha de las
pensiones dejándola tiritando, que la corrupción es una práctica habitual entre
muchos de sus dirigentes, una corrupción institucionalizada, una corrupción que
pone al PP a la vanguardia de Europa en esta vil y asquerosa práctica. Es
lógico que Pedro Sánchez no quiera favorecer un gobierno de Mariano Rajoy, más
si cabe después de proclamar por activa y por pasiva que no apoyaría un
gobierno del PP con su abstención, el famoso “no es no”, es lógico y
comprensible.
Como también es lógico y
comprensible que el Sr. Sánchez intente formar un gobierno apoyado en partidos
diferentes, con políticas diferentes, porque él no se siente en última
instancia responsable de los malos resultados del PSOE y quiere demostrar que
se puede gobernar de otra forma, con otras ideas, con otras políticas que
favorezcan más a la clase trabajadora, aquella a la que la crisis ha golpeado
con más saña gracias, entre otras cosas, a las malas praxis del Sr. Rajoy y de
su gobierno.
Particularmente no creo
en los socialistas. Me han defraudado tantas veces que conmigo se les acabó el
crédito. Como yo, deben de pensar muchas personas a tenor de los malos
resultados cosechados por el PSOE en los últimos tiempos. Y creo que Pedro
Sánchez intuye esto también, como también intuye que en unas hipotéticas
terceras elecciones el batacazo del PSOE será mayúsculo dada la desafección de
muchos de sus votantes y dada la fractura que hay entre sus dirigentes. Es por
eso que se aferra a la idea de demostrar que con él de presidente las cosas se
pueden hacer mejor y es por eso que va a intentar formar gobierno hasta el
último momento.
En cambio al PP no le
ocurre como al PSOE, porque aunque ha perdido muchos votos, los está
recuperando poco a poco, ayudado en gran medida por la división del PSOE, por
la división en Podemos enfrascados en encontrar un ideario político que seduzca
a la gente y también por la reticencia de muchos sectores del PSOE a pactar con
el partido morado. Con esas premisas el PP se ve ganador en unas terceras
elecciones y con mayoría absoluta o casi, así que no creo que haga mucho por
evitarlas. Porque los populares se están dando cuenta que la corrupción y sus
malas políticas no les pasan factura o se la pasan muy poco. Tiene un suelo de
votantes tan fiel que aunque el Sr. Rajoy les estuviera robando en sus mismas
narices le seguirían votando. Que España ampara la corrupción está más que
probado por los resultados cosechados por el PP a pesar de ella. ¿Y por qué la
gente sigue votando a un partido corrupto? La verdad es que es una pregunta
para que la contesten unos cuantos sociólogos (con uno no basta), yo
sinceramente no tengo la menor idea. España es diferente... y tanto que lo es.
Marco Atilio